imagen obra de Demian Hirs
"La carencia
de rigor (en las obras) ha permitido que el vacío de creación, la ocurrencia,
la falta de inteligencia sean los valores de este falso arte, y que cualquier cosa
se muestre en los museos", afirmó Lésper.
Ciudad de
México.- Con la finalidad de dar a conocer sus argumentos sobre el por qué el
arte contemporáneo es un "falso arte", la crítica de arte Avelina
Lésper ofreció la conferencia "El Arte Contemporáneo- El dogma
incuestionable" en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) en donde fue
ovacionada por los estudiantes.
"La carencia
de rigor (en las obras) ha permitido que el vacío de creación, la ocurrencia,
la falta de inteligencia sean los valores de este falso arte, y que cualquier
cosa se muestre en los museos", afirmó Lésper.
Explicó que los
objetos y valores estéticos que se presentan como arte, son aceptados, en
completa sumisión a los principios que una autoridad que impone.
Lo que ocasiona
que cada día se formen sociedades menos inteligentes y llevándolos a la
barbarie. También abordó el tema del Ready Made, sobre el que expresó que
mediante esta corriente "artística", se ha regresado a lo más
elemental e irracional del pensamiento humano, al pensamiento mágico, negando
la realidad. El arte queda reducido a una creencia fantasiosa y su presencia en
un significado. "Necesitamos arte y no creencias".
Asimismo, destacó
la figura del "genio", artista con obras insustituible, personajes
que en la actualidad ya no existen. "Hoy con la sobrepoblación de
artistas, estos no son prescindibles y la obra se sustituye por otra, porque
carece de singularidad".
Detalló que la
sustitución de artistas se da por la poca calidad de sus trabajos, "todo
lo que el artista realice está predestinado a ser arte, excremento, filias,
odios, objetos personales, imitaciones, ignorancia, enfermedades, fotos
personales, mensajes de internet, juguetes, etc. Actualmente hacer arte es un
ejercicio ególatra, los performances, los videos, instalaciones están hechos
con tal obviedad que abruma la simpleza creadora, y son piezas que en su
inmensa mayoría apelan al menor esfuerzo, y que su accesibilidad creativa nos
dice que es una realidad, que cualquiera puede hacerlo".
En ese sentido,
afirmó que no darle el status al artista que lo merece, ocasiona un alejamiento
del arte a las personas, lo demerita, lo banaliza. "Cada ves que alguien
sin méritos y sin trabajo real excepcional expone, el arte va decreciendo en su
presencia y concepción. Entre más artistas hay, las obras son peores, la
cantidad no está aportando calidad".
"El artista
ready made toca todas las áreas, y todas con poca profesionalidad, si hace
video, no alcanza los estándares que piden en el cine o en la publicidad; si
hace obras electrónicas o las manda a hacer, no logra lo que un técnico medio;
si se involucra con sonidos, no llega ni a la experiencia de un Dj. Se asume ya
que sí la obra es de arte contemporáneo, no tiene por que alcanzar el mínimo
rango de calidad en su realización. Los artistas hacen cosas extraordinarias y
demuestran en cada trabajo su condición de creadores, ni Demian Hirst, ni
Gabriel Orozco ni Teresa Margolles, ni la inmensa lista de gente que crece son
artistas, y esto no lo digo yo, lo dicen sus obras", aseveró.
Como consejo a
los estudiantes, les indicó que dejen que su obra hable por ellos, no un
curador, no un sistema, no un dogma, "su obra dirá si son o no artistas, y
si hacen este falso arte, se los repito no son artistas".
Lésper aseguró que hoy día, el arte dejó de ser
incluyente, por lo que se ha vuelto en contra de sus propios principios
dogmáticos y en caso de que al espectador no le guste, lo acusa de
"ignorante, de estúpido y le dice con gran arrogancia, si no te gusta es
que no entiendes".
"El
espectador, para evitar ser llamado ignorante, no puede ni por asomo decir lo
que piensa, para este arte todo público que no es sumiso a sus obras es
imbécil, ignorante y nunca está a la altura de lo expuesto ni de sus artistas,
así el espectador presencia obras que no demuestran inteligencia",
denunció.
Finalmente,
señaló que el arte contemporáneo es endogámico, elitista; como vocación
segregacionista, realizado para su estructura burocrática, para complacer a las
instituciones y a sus patrocinadores. "Su obsesión pedagógica, su necesidad
de explicar cada obra, cada exposición, su sobre producción de textos es la
implícita acotación del criterio, la negación a la experiencia estética libre,
define, nombra, sobre intelec
tualiza la obra
para sobrevalorarla y para impedir que la percepción sea ejercida con
naturalidad".
La creación es
libre, pero la contemplación no lo es. "Estamos ante a dictadura del más
mediocre".
Preguntas y respuestas con Avelina Lésper
Preguntas y respuestas con Avelina Lésper
Fuente: http://elsemanario.com.mx/
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